En el día de ayer el escritor cubano Carlos Manuel Álvarez no pudo abordar el vuelo de American Airlines con destino a La Habana, que despegó del Aeropuerto Internacional de Miami. El artista, sobre el que no pesa ninguna restricción penal dentro o fuera de la isla que imposibilite su viaje, y que tendría en regla sus trámites migratorios así como su boleto pagado, no recibió más explicaciones que la de que “Ud. ha sido denegado desde La Habana”.

 

Carlos Manuel Álvarez estudió periodismo en la Universidad de La Habana. En el 2016 cofundó la revista de periodismo narrativo El Estornudo. Carlos Manuel ha publicado para medios internacionales como New York Times, BBC, El País, The Washington Post y Al Jazeera. Entre sus libros más conocidos se encuentran La Tribu. Retratos de Cuba (2013), Los caídos (2019) y Falsa guerra (2021). Por su obra ha sido incluido en la lista Bogotá39 como uno de los escritores jóvenes más prometedores de Latinoamérica; también fue ganador de la XVII edición del prestigioso Premio Don Quijote de Periodismo. A pesar de su admirable carrera como escritor y periodista, Carlos Manuel ha sufrido persecuciones, detenciones y acosos en su país de origen. En noviembre de 2020 se unió al acuartelamiento iniciado por el Movimiento San Isidro con el fin de exigir la liberación del artista y activista Denis Solís.

 

El destierro, una práctica vejatoria, arcaica y violadora de los acuerdos migratorios internacionales, es un ejercicio al que el gobierno cubano ha recurrido para vetar a personas prominentes y críticas al sistema imperante en la isla. Aunque el gobierno ha usado el destierro en diversas formas contra artistas e intelectuales cubanos como Amir Valle, Hamlet Lavastida o Katherine Bisquet, entre otros muchos, Carlos Manuel es la tercera persona recientemente desterrada desde Estados Unidos, con complicidad de aerolíneas americanas. Anteriormente ocurrió de forma similar con la crítica de arte Anamely Ramos y con la profesora Omara Ruiz Urquiola.

 

El ODC reprueba la práctica de regímenes autoritarios de desterrar a sus ciudadanos sin otro motivo que el político. Advierte el papel que tienen en este castigo terceras instituciones como la aerolínea American Airlines, que en suelo estadounidense se pliega a las directrices del régimen cubano.

 

El ODC lamenta profundamente la represión que están sufriendo los artistas cubanos impedidos de reunirse con sus familiares, amigos y colegas, de retornar a su comunidad, de aportar al patrimonio cultural nacional, cada vez más deteriorado por el régimen en la isla.