Es el coordinador general del Movimiento San Isidro, fundado en 2018 a raíz del proceso de articulación cívica generado por el enfrentamiento al Decreto 349, que restringía aún más las libertades artísticas en Cuba.

 

Alcántara es un artista autodidacta representativo de las artes visuales en la Isla, con acceso y reconocimiento en escenarios importantes del arte contemporáneo internacional. Su artivismo con base en la interconexión con la realidad social circundante le ha acarreado censura y represión permanente por parte de la policía política, y Luis ha alcanzado récord de arrestos, secuestros y golpizas hasta llegar a enfrentar un proceso legal que lo mantiene recluido (sin juicio) desde las manifestaciones populares del 11 de julio de 2021. Su protagonismo disidente lo ha hecho acreedor del premio de la Oxi Day Fundation (2021) y el Freedom Award (2022). Fue seleccionado como una de las 100 personalidades más influyentes del año por la Revista Time (2021). La censura y el hostigamiento comenzó en 2018 cuando organizó, junto a la curadora Yanelys Núñez, la Bienal 00, evento cultural independiente con convocatoria internacional que fue tomado como una amenaza al monopolio del Estado sobre el arte. Ese mismo año protagonizó la campaña contra el Decreto 349, que logró la articulación de varios proyectos y artistas que operaban en el underground, pero también en las instituciones.

 

El atropello a su proyecto creativo alcanzó un punto álgido cuando, en abril de 2021, su casa-galería fue allanada por efectivos de la policía política y las obras que conformaban una exposición fueron sustraídas y deshechas. Obras suyas como Drapeau (2019), por la cual es acusado de ultraje a los símbolos patrios, resignifican el valor de nociones colectivas nacionales y retan la connotación de militancia ideológica que el Estado les otorga, para poder criminalizar a artistas y ciudadanos desafectos a la ideología socialista.