Es una figura representativa del movimiento Hip Hop cubano desde inicios de los 2000. La evolución de su obra hacia contenidos más políticos le ha ocasionado múltiples arrestos, golpizas y encarcelamiento. En 2012 intentó conformar la nómina de la Agencia Cubana de Rap (ACRap), institución estatal destinada a programar la agenda artística de sus afiliados, pero no fue aceptado por el contenido contestatario de sus letras. Multipremiado en el extinto festival de rap Puños Arriba (2013 y 2016), este artista autodidacta goza de un reconocimiento popular significativo entre los estratos más pobres de la población de la Isla. En 2018, a raíz de un concierto que ofreciera en La Madriguera, sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en La Habana, en el cual abogó por la libertad del arte y contra el Decreto 349, se produjo un incidente con la policía y fue condenado a un año y medio de prisión bajo la figura legal de atentado.

 

El vínculo con el Movimiento San Isidro (MSI) y la coautoría de la canción Patria y Vida acrecentaron la persecución de la Seguridad del Estado, reflejada en más de 121 actos policiales violentos contra su persona y una sostenida campaña de descrédito. Permanece encarcelado desde hace casi un año, a la espera de juicio. El caso de Maykel se ha presentado en Naciones Unidas y, aunque cuenta con un dictamen que exige su liberación, dos Premios Grammy Latinos (2021), y el Freedom Award (2022), continúa preso y enfermo en Cuba.