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Nota de prensa N° 47- Observatorio de Derechos Culturales
Sobre el creciente deterioro del patrimonio arquitectónico cubano

25 de julio de 2023

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Como el ODC ha alertado en notas anteriores, teatros, auditorios, museos, entre otros inmuebles de connotación cultural en Cuba, continúan sufriendo el olvido tácito de las instituciones, lo que está repercutiendo en la pérdida progresiva del patrimonio arquitectónico de la Isla. El ODC ha estado realizando un inventario de denuncias ciudadanas sobre el lamentable estado de edificaciones como el Teatro Karl Marx, el Teatro Nacional, el Gran Teatro de La Habana, el Teatro Auditorium Amadeo Roldán, el Teatro Fausto, el Cine-Teatro Payret, o la casa natal del famoso escritor, poeta y dramaturgo cubano Gustavo Sánchez Galarraga, entre otros sitios que presentan diferentes grados de abandono.

 

Un caso significativo, por su capacidad para espectáculos de amplio público, es el Teatro Karl Marx, cuyo cierre durante la pandemia del COVID-19, una intensa plaga de comején y anteriores reparaciones cosméticas anunciadas como “capitales”, le han conducido a un deterioro significativo, y donde ha sufrido la pérdida de hasta 1000 plazas en platea, camerinos, y otras dependencias. Ante el monto de las inversiones necesarias en esta y otras instalaciones, la administración oficial ha optado por el cierre temporal, dado el gasto de recursos de mantenerlas en funcionamiento parcial.

 

Esta situación no solamente influye en el estado físico de las instalaciones, sino en sus programaciones culturales, efecto más agudo al interior del país, sobre todo en ciudades cabeceras con número limitado de centros culturales. Es el caso de la ciudad de Holguín, donde las presentaciones este último año se han reducido considerablemente, dejando prácticamente al Teatro Lírico en oficio, aunque con un número mínimo de ofertas culturales. Mientras, los holguineros pueden disfrutar de teatro dramático solamente en las contadas ocasiones en que la ciudad aloja festivales nacionales.

 

A la afectación estructural y la escasa oferta cultural se unen males que, a mediano plazo, erosionan el acceso de la sociedad a la cultura, tales como la incertidumbre y la desmemoria en el sector artístico, el inexistente respaldo de las instituciones a profesionales de larga trayectoria, entre otros ejercicios de desidia y desinterés gubernamental. En el último caso, tenemos como ejemplo el intento de expulsión del maestro titiritero Ángel Kike Díaz de sus talleres en la Casa de Cultura de Arroyo Naranjo por razones de “cualificación profesional”.

 

El ODC conmina a las organizaciones pertinentes a pronunciarse contra el creciente deterioro y la paulatina pérdida de las instalaciones garantes de la vida cultural, muchas de ellas portadoras de valor histórico y estético. El ODC exige respeto al derecho de consumo cultural,  así como a los derechos laborales de los trabajadores de la cultura, continuamente vulnerados en la Isla. El ODC alerta sobre el peso de estos vacíos referenciales en el desarrollo cultural y la preservación del patrimonio nacional.

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