En los últimos meses han aumentado en las redes las denuncias de ciudadanos cubanos preocupados por el precario estado de diferentes instituciones culturales en la Isla, así como sobre el desinterés y la arbitraria administración del gobierno del patrimonio cultural material en el país.

 

El pasado 2 de junio la casa natal del famoso escritor, poeta y dramaturgo cubano Gustavo Sánchez Galarraga (1893-1934), ubicada en la capitalina Calzada del Cerro, sufrió un derrumbe parcial perdiendo varios de sus pórticos frontales. La edificación contenía la estructura original de la vivienda de quien escribiera obras cubanas insignes como La fuente matinal y La barca sonora, además de colaborar con el compositor Ernesto Lecuona en canciones conocidas internacionalmente como María la O y Madrigal.

 

Asimismo ha sido notorio el deterioro de instituciones provinciales como la Casa de Cultura de Viñales o la Plaza Polo, con importante signos de desgaste y vandalismo; por lo que lugareños han reclamado a negocios privados que intercedan por su conservación, dada la ausencia de mantenimiento de estas construcciones históricas por parte del gobierno.

 

Hace poco más de un mes el colectivo de teatro El Ciervo Encantado también hacía pública su preocupación sobre la plaga de comején que afectaba su sede por la que estructura como elementos escenográficos se habían perdido, en la publicación dramaturgos, artistas y ciudadanos en general exigían la intervención del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, para el rescate de instituciones en similares circunstancias de urgencia tales como el Teatro del Espacio Interior, Teatro de La Luna, Argos Teatro, Teatro Alicia Alonso, Ludi Teatro, Teatro Estro de Montecallado, Sala-Teatro Zertucha-Barona en Bejucal entre otras salas que ya han sido clausuradas por sus pérdidas irreparables.

 

A la pérdida de patrimonio material se suma la arbitraria administración de estas instituciones, dependientes de escasos recursos que recibe actualmente el ramo de la cultura. Numerosos son los artistas que han visto canceladas sus giras y presentaciones por falta de combustible o energía eléctrica, excusa también utilizada para invisibilizar a figuras de la cultura que se han mostrado críticas en redes. El pasado 8 de junio el humorista Rigoberto Ferrera denunciaba la suspensión de las funciones planificadas en el Café Teatro "Bertold Brecht", entre ellas su espectáculo con el actor Osvaldo Doimeadiós, y otras obras de teatro, porque el gobierno provincial usaría el transformador para otra localidad, dejando sin energía eléctrica al teatro y sus dependencias. Ferrera aduce que uno de sus “fallos” ha sido “denunciar lo mal hecho” por lo que no es del beneplácito del Ministerio de Cultura.

 

El ODC ya ha denunciado la situación de precariedad del ámbito cultural cubano actual. Durante las múltiples y profundas crisis económicas que ha sufrido el país, el sector cultural ha sido relegado tanto para desviar sus recursos hacia otras funciones, como para cancelar espectáculos que, desde el arte, han mostrado algún tipo de crítica de la situación nacional. La pérdida de patrimonio nacional viene a empeorar el manejo de la memoria cultural, ya escamoteada desde hace seis décadas, pero esta vez conduce igualmente a agravar las condiciones de vulnerabilidad del gremio artístico que ve reducidas sus oportunidades laborales. El ODC exige al Ministerio de Cultura y a su Consejo Nacional de Patrimonio Cultural que asuman su responsabilidad en la conservación de instituciones históricas, así como el cese de dinámicas de represión y acoso a artistas cubanos.